Defunciones por desnutrición en adultos mayores: Nuevo ordenamiento a ISAPRES facilita acceso a consultas nutricionales

En Chile, entre 2024 y 2025, más de 500 mayores de 60 años tienen como causa de muerte la desnutrición proteicocalórica.

El dictamen realizado por la Superintendencia de Salud incorpora dentro de las consultas con nutricionistas trastornos de la conducta alimentaria, malnutrición y desnutrición en adultos mayores.

Fecha: 16 de octubre 2025

Recientemente, desde la Superintendencia de Salud se le ordenó a las Isapres ampliar la cobertura de la consulta con nutricionistas, lo que significó que esta dejara de beneficiar únicamente en casos de obesidad y sobrepeso, incorporando ahora distintos trastornos alimentarios.

“Uno de los problemas que enfrentamos hoy en día es la nula o escasa cobertura de las prestaciones asociadas al tratamiento nutricional, lo que dificulta a las personas a mantener su tratamiento en el tiempo”, explica Mauricio Ríos, académico del Departamento de Nutrición UC y presidente del Colegio de Nutricionistas.

Dentro de las nuevas coberturas se incorpora la malnutrición de adultos mayores, agente que a largo plazo podría afectar directamente en la masa muscular y, por ende, en la salud y funcionalidad de las personas. Asimismo, la sarcopenia es un síndrome de pérdida progresiva de masa y función muscular, asociada a diversos efectos adversos para la salud, enfermedad que afecta entre un 10 y 16% de la población mundial, según el estudio Epidemiology of sarcopenia: Prevalence, risk factors, and consequences. 

En Chile, durante 2024 alrededor de 300 personas mayores de 60 años tuvieron como causa de muerte la desnutrición proteicocalórica, mientras que, a septiembre de 2025, el número ya alcanza las 220 defunciones según el Informe preliminar de Defunciones por causa del Departamento de Estadísticas e información de salud (DEIS) del Ministerio de Salud. 

“La detección temprana de sarcopenia favorece la intervención oportuna, la mantención de la masa muscular, la salud y con ello la funcionalidad, permitiendo en este grupo etario mantener su independencia y calidad de vida”, señala el académico.

Los costos asociados a las consultas de un profesional y las modificaciones alimentarias asociadas al tratamiento “en parte genera impacto en la adherencia a este, y con ello, en los efectos que buscamos con la finalidad de mantener un estado nutricional óptimo que impacte de manera positiva en la salud” detalla el también docente.

Específicamente en Chile, el 32,4% de las personas mayores de 65 años tiene riesgo de desnutrición, según arrojan los resultados recogidos por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile. Cifra alarmante que podría combatirse de la mano al nuevo ordenamiento emitido no solo en su tratamiento, sino también en su diagnóstico, evitando así consecuencias más graves.

«La malnutrición en las personas mayores es un fenómeno complejo y multifactorial. Dentro de las causas destacan la disminución del apetito, las alteraciones del gusto, los problemas gastrointestinales o la salud bucal deficiente, los cuales interactúan con factores conductuales, psicológicos, sociales y ambientales», señala la también académica del Departamento de Nutrición y Dietética, Francisca Echeverría.

Es claro que esta modificación propone un avance a la detección y tratamiento de diferentes patologías asociadas a la nutrición, sin embargo, el académico sugiere que: “Debemos seguir mejorando las condiciones tanto del profesional como del usuario para lograr mejoras que favorezcan una alimentación adecuada a la necesidad de la población en sus distintas condiciones”.

 

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